Somos diferentes, somos iguales

Biblioteca

04 de diciembre de 2014

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Como bien lo señala el Dr. Pueschel (2000), si la educación está destinada a propiciar competencias a los niños y jóvenes para alcanzar la calidad de vida que buscan, estas no deberían ser sólo conocimientos y herramientas tecnológicas, sino también, habilidades básicas que les permitan ser independientes, que les posibiliten relacionarse con su entorno en forma eficaz, y que puedan, en síntesis, participar en el mundo social y laboral que los rodea. Para que las acciones hacia el desarrollo alcancen a todas las manifestaciones de la diversidad humana se debe considerar en las políticas públicas -desde su diseño hasta su implementación- las necesidades de todos los colectivos que la integran. El sector de la discapacidad, por tener entre sus principios básicos la diversidad, la inclusión, la equiparación de oportunidades, al autonomía personal, la solidaridad, ha empezado a generar un aporte sustancial a un nuevo modelo de desarrollo. Se trata de un aporte que es aplicable para remediar nuestra propia condición de exclusión, pero entendiendo que ésta no cambiará si no cambia la calidad de vida de la población en general.