Combatir la inseguridad, pero también la desigualdad
Noticias
21 de abril de 2016
Unas imágenes que recorrieron las redes sociales causaron gran impacto esta semana. En ellas se veía a una adolescente en el suelo y ensangrentada, después de haber sido asaltada. La joven de 16 años fue víctima de un asaltante. La población se encuentra expuesta a diario a las diversas formas de violencia, este es un problema que no puede seguir siendo ignorado por las autoridades. El Estado debe garantizar el bienestar a todos los ciudadanos. Los paraguayos tienen derecho a transitar con seguridad por las calles del país y a tener calidad de vida.
Si estas vivencias no fueran tan cotidianas, las cifras de la Policía Nacional contarían otra historia; pero no, sabemos que en el año 2014 fueron 1.958 los casos de robo en la vía pública. En el 2015 el dato sube a 1.967.
El nivel de pobreza extrema en Paraguay sufrió un incremento del 0,4% durante el gobierno de Horacio Cartes, y alcanza al 10,5% de la población, lo que equivale a unas 710.000 personas, de acuerdo con los datos de la Secretaría Técnica de Planificación (STP). Esto significa que son 710.000 paraguayos que no pueden satisfacer sus necesidades básicas.
No se puede relacionar la pobreza con el aumento de la delincuencia y las situaciones de violencia. Pero sí se puede afirmar que el Paraguay sigue siendo uno de los países más desiguales del mundo.
Es esta desigualdad la que excluye a millones de niños y jóvenes paraguayos del sistema educativo; que los excluye de cuidados adecuados en salud; la que los excluye de posibilidades de desarrollarse y convertirse en ciudadanos con plena conciencia de sus derechos y obligaciones.
Según el Banco Mundial, Paraguay es uno de los países con mayor inequidad en Sudamérica.
La solución no puede ser poner un policía en cada esquina. La clave está en comenzar a reducir la brecha entre pobres y ricos, para que en el Paraguay todos puedan tener las mismas posibilidades.
(Última Hora, Extracto de editorial – 21 de abril de 2016).